Descubriendo la informática

Terminadas las clases del instituto y aprobada la selectividad, me encontré con Juan Pedro que iba a estudiar informática. Cuando le pregunté en qué consistía la carrera, empezó a contármelo con todo lujo de detalles que quedé con ganas de saber más. Entonces llegó Benito, y me invitaron a ver cómo funcionaba un pequeño ordenador personal, que habían comprado para la academia donde daban clases particulares a los alumnos de BUP.

Hasta aquella mañana, la idea que tenía de la informática era la propaganda televisiva donde se oía una voz cibernética que preguntaba:

—¿Cuantas chica rubias de ojos azules tocan el tambor?

Entonces salía un mensaje en la pantalla, con la misma voz y respondiendo:

—Diez.

Cuando llegamos a la casa de Juani y Benito sacaron un pequeño teclado de color negro con las teclas azules de apenas veinte por treinta centímetros. Desenrollaron los cables y lo conectaron al televisor y teclearon: Pangolín. En la pantalla apareció escrita una pregunta:

—¿En qué está pensando? ¿Animal, vegetal o mineral?

Si respondías animal, aparecía el nombre del animal que tenía almacenado y te preguntaba si era ese. Si no acertaba, que era lo más probable, te pedía que le tecleases el nombre del nuevo y una diferencia con el propuesto. La verdad es que al no acertar ninguno de los animales que iba diciendo, me estaba aburriendo. Me explicaron que el programa era un clásico de programación, y que iba aprendiendo de las respuestas que dabas, a medida que ibas interactuando. Pero yo no lo tuve claro hasta que llegó un familiar de la pareja, y le propusieron jugar. Tras responder animal a la primera pregunta, apareció en el ordenador la frase:

—Piensa en un animal.

Tras pulsar una tecla para continuar, apareció en la pantalla:

—¿Vuela?

—Sí —dijo el pariente.

—¿Es una Mosca? —Volvió a preguntar la computadora.

Ante la sorpresa de todos, el individuo respondió asintiendo estupefacto. El ordenador había acertado.

Desde ese momento tuve claro que tenía que poseer uno de esos cacharros. Al llegar navidades, mi novia me regaló el Spectrum de Sinclair, para ello tuvo que emplear todos los ahorros ganados cosiendo. Con ese equipo me inicié en la informática y me fue muy útil para dar mis primeros pasos en programación.

Descubriendo la informática - © - Rito Santiago Moreno Rodríguez