Desnudo bajando la escalera

 

Como ya he contado, cuando era niño fui muy goloso. Ese defecto me duró hasta los quince o dieciséis años, que fue cuando precisamente me ocurrió este accidente.  A veces invertía horas revolviendo en los cajones y armarios de la despensa buscando golosinas. Una vez, al abrir el cajón de la cómoda centenaria que mi madre tenía en su alcoba, creí encontrar el escondite que ella tenía. Las monedas de chocolate estaban en el cajón de las medicinas. Cogí la caja y me senté en la cama para comerme las tres o cuatro monedas que quedaban. Cuanto terminé tiré la caja a la basura; era mejor hacerla desaparecer totalmente que dejarla vacía como testigo de mi atracón.

A media noche me desperté con un fuerte dolor de estómago y con unas ganas incontenibles de dar de cuerpo. Tanto fue así, que al levantarme de la cama no pude dar ni un paso. En un solo espasmo descargué de forma explosiva el contenido de mi vientre dentro de los pantalones del pijama.

Entonces me despojé de ellos, me limpié como pude y los puse en el cuarto de piletas, pues mi habitación estaba en la planta alta. Todo esto lo hice sin ser consciente de que me estaba moviendo en pelotas por la azotea, a la vista de los vecinos. Por suerte en aquellas horas de la madrugada no había nadie asomado a las ventanas.

Pero en este momento me percaté que debía bajar al baño para asearme y buscar el pijama de repuesto que mi madre tenía en la cesta del planchado. Como estaba desnudo, bajé a oscuras; pero a mitad de la escalera me volvió otro retortijón que me dejó inmóvil tratando de mantener los esfínteres contraídos. Poco a poco inicié el descenso con movimientos espasmódicos con los glúteos trincados. Mis movimientos eran parecidos a los de un androide, tratando de bajar la interminable escalera.

A la mañana siguiente, cuando tuve que contar lo sucedido, se montaron una juerga a mi costa, pues dichas monedas de chocolate no eran más que pastillas laxantes, que mi madre guardaba en su botiquín.

Desnudo bajando la escalera - © - Rito Santiago Moreno Rodríguez