WASHAKIE (Aroma De Azúcar)

El bisabuelo de Washakie fue el jefe Hastiin, uno de los principales guerreros navajos. Durante la rebelión contra el gobierno de los Estados Unidos acaudilló la resistencia contra la pérdida de su territorio. Pero al final se rindió y firmó el tratado que estableció las fronteras originales de la reserva.

Desde entonces la estirpe de Washakie vive de vender souvenirs a los turistas, que visitan El Valle Monumental y El Cañón del Colorado.

Durante años ha visto como su tribu ha sido víctima de una extraña maldición. Cuando llegan a la edad madura primero los hace engordar y luego, con el paso del tiempo, empiezan a tener mucha sed y orinar mucho. El brujo asegura que ese mal lo causa el espíritu de Hastiin que hace que las personas que lo padecen se derritan poco a poco a través de la orina, empezando por el trasero, luego por las piernas, debilitándose más y más, hasta que la debilidad afecta a la vista y finalmente a su hombría. Washakie es ahora el jefe de esa tribu que se extingue poco a poco debido a ese enemigo invisible. Él mismo había empezado a sentir los síntomas de esa enfermedad y decidió retirarse al gran valle a meditar durante dos lunas. Allí, tras ayunar durante varios días recibió un mensaje de sus antepasados: Un hombre blanco caminaba por el sendero recto, delimitado por dos líneas paralelas parecidas a las puntadas de una máquina de coser. Al final de ese sendero vio un gran tótem con tres ojos iluminados con potentes bombillas. De vuelta a la reserva el chamán interpretó que debía visitar la gran ciudad del hombre blanco y buscar la respuesta a ese mal.

Al final de ese largo viaje el jefe descubrió que su padecimiento se llamaba diabetes. El doctor le dijo que gracias a un gen ahorrador su tribu se había adaptado a sobrevivir durante años a las hambrunas y escaseces de su árida tierra: Arizona. Pero ahora, debido a la vida sedentaria el gen se había convertido en un enemigo silencioso, la epidemia que estaba acabando con su pueblo.

WASHAKIE (Aroma De Azúcar) - © - Rito Santiago Moreno Rodríguez