Curiosidades sobre el cultivo del plátano

No deja de ser extraña la platanera, una planta herbácea, no un árbol, como llegó a pensar un ministro que visitó Canarias tras un gran temporal, y que para consolar a los isleños tras la pérdida de la cosecha dijo:

—No os preocupéis que algo obtendréis por la venta de la madera.

Y es que siempre ha sido igual.

Entre las principales rarezas de esta planta están:

·         El fruto sale antes que la flor, y por tanto no tiene semilla.

·         La flor se debe cortar para que el fruto se desarrolle.

·         Cada planta solo produce un racimo en su vida, en los cultivos a cielo abierto el proceso completo suele tardar algo más de un año.

·         El racimo sale del interior del tallo, totalmente formado; no en vano los agricultores le llaman parto a esta fase.

Comentando estas particularidades con algún foráneo, al hablarles del deshijado me preguntó:

—¿Cómo se sabe cuándo una platanera es macho o hembra?

Por lo que no me queda más remedio que aclararle que las plataneras no tienen sexo. Con el deshijado se eliminan todos los retoños salvo uno, ya que no se pueden dejar todos los hijos porque debilitarían a la madre y no crecerían adecuadamente por falta de luz, espacio y nutrientes. La clave del deshijado está en dejar al vástago más robusto y saludable de todos los que se encuentren por el lado del terreno que haya más espacio y, por consiguiente, más luz.

Pero con el tiempo las técnicas han cambiado y ahora se cultivan otras variedades bajo invernaderos; utilizando otros métodos de riego, donde ya no son necesarias las acequias, ni la compartimentación por pozas propias del riego a manta.

Aparte del deshijador existían algunas actividades más especializadas, sobre todo en las fincas grandes:

·         El desflorillador, su labor consistía en eliminar la flor para que se desarrolle el plátano. Mi padre fue desflorillador durante gran parte de su vida laboral.

·         El marcador,  observaba si el desarrollo del racimo se iba conformando correctamente. Antes de cortar el racimo lo catalogaba, según su calidad, por categorías para el empaquetado y exportación. Normalmente eran empleados de las cooperativas de empaquetado o sindicatos.

·         También estaban los encargados de dosificar los abonos y pesticidas.

Fotos: Panchito Reyes con un racimo de plátanos de su cuidada finca de Majadilla. Mujer aportando el abono a la acequia durante el riego.

cultivo platanera - © - Rito Santiago Moreno Rodríguez