La del pescuezo pelado

—Chona mira esa, la del pescuezo pelado. ¡Fuerte desvergüenza! ¡Cómo se exhibe la clueca calentorra!

—Mejor haría quedándose en su nido, empollando los huevos y no golfeando por ahí con ese extraño peinado, provocando con todo el cogote al aire. Mira la descarada como va de gallinero en gallinero pavoneándose.

—Gallinas como esas son las que nos dan mala fama a nosotras las decentes.

—¡Juraíto, María! La pelandusca esa está bobeando con el del tercero izquierda.

—¿Con quién?

—Sí, el morenito de la planta alta. ¡El pollo ese! Él de la izquierda. Tanto anduvo hasta que lo desplumó, y ahora ahí lo tienes, hecho un pavitonto, como Dios lo trajo al mundo trabajando de “boy Striptease”, bailando la danza del fuego en esa barra infernal.

La del pescuezo pelado - © - Rito Santiago Moreno Rodríguez