Las fluctuaciones caprichosas del mercado
Al empezar a trabajar me encargaba de poner en servicio los equipos que desconectan los circuitos eléctricos para minimizar los daños en caso de una avería. En aquella época, con frecuencia se dudaba de la actuación de estos equipos y para poder supervisar su funcionamiento teníamos que instalar unos aparatos llamados osciloperturbógrafos. Con ellos se obtiene algo parecido a un cardiograma de la instalación justo en el momento de la avería, permitiéndonos analizarlo y realizar las correcciones oportunas para que funcionaran correctamente.
En eso estábamos, pero para poder montarlos teníamos que desconectar la instalación. Después de tomar medidas del consumo de electricidad durante más de un mes, se vio que el momento más propicio era el viernes a las diez de la noche. Así que planificamos los trabajos ese momento. Éramos alrededor de una docena de personas las movilizadas para ese trabajo. Y como en la canción dieron las diez y las once y las doce…
Y el consumo no bajaba. Por momentos incluso llegaba a aumentar durante periodos de diez minutos y luego volvía a bajar. Como el tiempo pasaba y la cosa no parecía tener solución decidimos suspender los trabajos.
Luego supimos la causa de ese alto consumo. Telecinco empezó a emitir el ciclo llamado cine erótico, esa noche tocaba El último tango en Paris. Marlon Brando protagonizaba la famosa escena de la mantequilla.
También se pudo ver que el aumento de consumo coincidía con los descansos de la película, cuando los telespectadores se levantaban, encendían la luz de la cocina y abrían la nevera, o iban al baño y al bajar la cisterna entraba el hidro.
Lo más cómico del caso fue que si hubiésemos esperado un poco, el trabajo se podría haber realizado, al bajar el consumo drásticamente al finalizar la proyección.
Las fluctuaciones caprichosas del mercado - (c) - Rito Santiago Moreno Rodríguez